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Sobre Durango Star.

Los Liquidadores dieron merecidamente con sus huesos en prisión. Pero no hay mal que por bien no venga y en la cárcel conocieron a Durango Santos Mendoza, un preso hecho preso injustamente, porque no lo merecía, porque no quería estar en aquella balasera que lo llevó a prisión, porque no quería disparar la pistola que sí disparó, esa arma con ribetes de plata como el traje de un charro. Los tatuajes guadalupanos no protegen de las balas, decía a los Liquidadores. Éstos entablaron con él una limpia y verdadera amistad, leal y honesta. Durango irradiaba lucha libre, su pasión era el cuadrilátero, la lona y sus cuerdas, los trucos de rudos y técnicos, Mil Máscaras, el Sagrado, podía hablar sobre todos los luchadores. Pero Durango no era un mero espectador: era hijo de un luchador de los años 70 y peleó duro por llegar a los cuadriláteros. Lo trabajó, se exprimió, tenía la nariz rota y las costillas reconstruidas, mas pese al esfuerzo y los castigos, la dura competencia y las lesiones sólo le permitieron trabajar en un gimnasio entrenando a futuros púgiles. Se enorgullecía recordando a alguno de sus luchadores. Alguno de ellos, junto al propio Durango, llegó a participar en películas de enmascarados. Los Liquidadores, por otro lado, también gustaban de escucharle hablar sobre su segunda pasión: los clubes de carretera y de striptease. Durango quedaba hipnotizado con las luces de neón y los trucos de las bailarinas, con las barras cilíndricas por las que se deslizan esas señoras de arte antiguo y misterioso. Por supuesto, Durango no sólo había oído hablar, sino que conoció personalmente a la única e irrepetible artista de variedades y vodevil Sheree Pussy Tiger, la más bella y famosa de todas esas mujeres durante una época ya lejana. Muchachos, les confesó un buen día Durango, me caen simpáticos y les he tomado aprecio, espero que sepan perdonarme. Yo fui uno de los hombres que les asaltó a la salida de un bar en el DF. Un encargo menor para darles un sustito no más, un par de golpes bien dados y punto, no me pregunten ni quién ni por qué, pero un servidor y unos compañeros nos encargamos del asunto. Y no se confundan, no me arrepiento de haberles pegado, volvería a hacerlo otra vez, de forma bien merecida por otro motivo, porque sé que después tuvo lugar por su culpa el fatal accidente con Sheree Pussy Tiger. Algo maligno y desafortunado hay en ustedes, Liquidadores, pero qué más se puede hacer, un accidente es un accidente, habrá que perdonarles por lo sucedido, porque sé que trabajaron con ella honradamente, aunque maldigo, maldigo el día en que en una de sus representaciones, dispararon trágicamente un arma real cargada con una bala de plata maciza que atravesó el cuerpo blanco de Sheree, la artista más grande que he conocido. La suerte estaba así echada, ya existirán nuevas bailarinas, consideremos la paliza que les propiné un justo pago por lo de Sheree. Y si el destino nos ha cruzado varias veces en el camino, si los sucesos nos ponen en nuestro sitio, será para hacernos más fuertes. No lo dudes Durango, le confirmaron los Liquidadores. Desde aquella conversación, la relación entre ambos se hizo más profunda y cada día se revelaban nuevos secretos. El nuevo amigo de Don José tenía otra faceta, y aunque no era un santo ni un hombre sin mancha, practicaba la psicomagia blanca, sólo utilizada para sanar y hacer el bien a semejantes y hermanos. Muchachos, cuando salgamos de aquí iremos al desierto de Sonora con unos parientes y practicaremos la psicomagia porque la necesitan realmente. Los Liquidadores siempre lo tomaron en serio y le dedicaron una canción en agradecimiento. Pasaron unos meses a la sombra, y sin pruebas concluyentes, tanto los Liquidadores como Durango fueron puestos en libertad nuevamente: las cárceles están demasiado llenas en México. Por supuesto, se marcharon juntos al desierto de Sonora igual que jinetes alucinados. Desde el principio, Durango desplegó sus artes como chamán y hechicero, y se confirmó como acertado conocedor de hierbas y brebajes purificadores. Allí vieron la personalidad de Durango, no descubierta en la cárcel, pero sincera y muy vívida, la de consumidor habitual de todas las drogas conocidas y hacedor de conjuros de amor loco. Se ha hablado mucho sobre si los Liquidadores, en su búsqueda de la creación artística pura, consumían psicotrópicos o practicaban su oficio totalmente desnudos. Por supuesto, ese y muchos otros rumores, son absolutamente falsos, aunque no siempre los Liquidadores ensayaban sus canciones totalmente conscientes, sobrios y vestidos. Lo que sí es cierto, como se dice entre las malas lenguas de miedosos y cobardes, es el hecho de que practicaron la psicomagia con acierto y empeño. En una de las ceremonias conducidas por Durango, invocaron a Sheree Pussy Tiger. Los muchachos le dijeron que la psicomagia no valía para comunicarse con el más allá. Vosotros no sabéis qué es la psicomagia ni para qué sirve, contestaba el expresidiario. El espíritu de Sheree apareció, les sonrió, y les dijo: Liquidadores, ustedes tienen la culpa de todo lo que pasó, de mi asesinato cruel, y no por error, ustedes me mataron de forma bruta y automática, no culpen a ningún antiguo amor no correspondido de promotor resentido, malditos, les dedico esta copla o psychoranchera, como ustedes merecen, porque yo también sé escribir canciones:

(Liquidador) Yo, tu negro pensamiento

Liquidador
viviendo en la cantina
el revolver siempre a mano
la figura de un traidor

Qué engañados estuvimos
qué dolor nos esperaba
al final de nuestro amor

Qué traición me reservabas
en tu negro pensamiento
no fui más que otra conquista

Sin ningún remordimiento
me dijiste: Hasta la vista
mataste a mi corazón

Abrazada a la tequila
voy cerrando las heridas
voy curando este dolor

Liquidador
viviendo en la cantina
el revolver siempre a mano
la figura de un traidor

Dices que eres Guadalupano
pero sólo te importa el trago
no eres más que estafador

Que la muerte te persiga
que te lleve de esta vida
de la mano al panteón

maldigo tu calavera
una larga borrachera
y en tu tumba reiré yo

cuando estés solo en la fosa,
por tu negro pensamiento,
que ni muerto tengas paz.

Liquidador
viviendo en la cantina
el revolver siempre a mano
la figura de un traidor

credits

from Al fin que para morir nacimos, released December 24, 2013
Texto perteneciente al relato "LOS SUCESOS NOS PONEN EN NUESTRO SITIO": sobre cómo la banda Don José Liquidadores aterrizó en México y desarrolló allí su oficio con maestría hasta grabar las canciones que componen su primer trabajo "Al fin que para morir nacimos".

Lea el relato completo en este enlace: donjoseliquidadores.tumblr.com

Frases en la canción extraídas de la película Huracán Ramírez (Joselito Rodríguez, 1953).

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Don José Liquidadores Spain

Rocknroll, fandangos y surf, para todo tipo de fiestecitas. Hacen garaje, psychobilly, y alguna que otra jota. También spaguetti western endemonidado y cancionero latinoamericano.

Son libertadores y están para servirles.

Albacete / Ciudad Real. España.
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