Club de billar para hombres en Ciudad Juárez. Entre naves de fábricas a las afueras, a seis kilómetros de la ciudad y del centro de ti, hermana latinoamericana. Don José practica sus canciones en un local apartado, bajo el sol y solitarios, soplan fuera los fuertes vientos, es un paraje industrial de chapa y cemento sobre el desierto abierto. Los muchachos amenizan veladas clandestinas de billar, donde los hombres apuestan en un domingo, más de lo que tienen. No se andan con tonterías. Se acaba a golpes y torturas en más de una ocasión, con una bola en la boca para siempre o con el palo partido atravesándote entero. Hoy alegres, mañana bien, los Liquidadores van contentos a su tablado en el club de billar, un lugar de acción donde se juega a muerte o no hay juego. Para la ocasión, entre tanta gallina vieja que frecuenta las noches del club, a veces se contrata a Spider Baby, una joven señorita que baila con tijeras en las manos, morena y blanca. Hace resbalar sobre ella el miedo y la curiosidad, hipnotiza a los presentes con sus brazos. Seguro que algún día descuartizará a todos los hombres confiados de este billar. Sobre el escenario subió una noche a un taxista, entra en mi nido dijo la araña, mientras contoneaba su cuerpo y preparaba la picadura mortal. Lo ató entero y le rajó la cara con sus tijeras y cuchillos de arriba abajo. La pararon a tiempo antes de una mayor desgracia. El local es muy entretenido, todavía prohíben la entrada a menores y uniformados, a animales y señoras, a todas salvo a aquellas vedette y artistas de vodevil, contratadas y maquilladas para amenizar las noches con sus espectáculos de revista picante. Los artistas, camareros y demás personal que trabaja en el club tienen prohibido el juego y las apuestas, sin duda para favorecer su mayor esperanza de vida. Se sirven bebidas frías, los baños están limpios, el tapete verde se cambia por uno nuevo cada fin de semana. Hay mucho sombrero tejano, las armas están permitidas, por aquí frecuentan muchos camioneros, albañiles, obreros de las fábricas en su día de descanso, padres de familia, funcionarios, hombres en realidad de todo tipo y condición. Regresan a sus casas callados, cansados, pero satisfechos.
Rocknroll, fandangos y surf, para todo tipo de fiestecitas. Hacen garaje, psychobilly, y alguna que otra jota. También
spaguetti western endemonidado y cancionero latinoamericano.
The Shivas deliver a set of righteous three-chord wonders with a mean streak that will always be to the tastes of a certain doomy subset of ‘60s rock fans. Bandcamp Album of the Day Oct 29, 2019
Combining wry, cutting lyrics and whimsical arrangements, the Canadian art-rockers' latest is a tilt-a-whirl of a breakup album. Bandcamp New & Notable Mar 14, 2019
Super tough hard rock with spoken word interludes and an experimental bent featuring members of San Francisco's early punk band Crime. Bandcamp New & Notable Oct 27, 2017
Lo-fi, low-key garage punk with submerged female vocals sounds like a long lost volume from the "Girls in the Garage" series. Bandcamp New & Notable Sep 1, 2017